La burla al gobierno de parte de taxistas

Anarquía en Mexicali

La burla al gobierno de parte de taxistas

La palabra anarquía significa de acuerdo a la Real Academia Española (RAE) ausencia del poder público o incoherencia, doctrina que propugna la supresión del Estado y eso es lo que pasa en Mexicali.

Al existir un vacío legal en quién y cómo se regula la tarifa del transporte y sobre todo quién sanciona las irregularidades e ilegalidades, los ventajosos taxistas han decidido de manera unidireccional aumentar la tarifa.

Pero, lo hacen porque pueden y es que no existe quién los pueda sancionar, como lo ha permitido el gobierno con las placas apócrifas de Anapromex y Onapafas, aunque ese es otro tema.

Retomando la situación de los taxis, que argumentan muy justamente que las largas distancias y la inflación hace que los viajes sean más caros, decidieron subir a 20 pesos y en algunas rutas hasta los 25 pesos.

Pero anarquía es cuando se realiza una acción sin autorización, y el problema es que ni el ayuntamiento que encabeza Norma Bustamante puede hacer algo a través del Sistema Municipal de Transporte a quien le quitaron la atribución de inspeccionar por reforma del ex gobernador Jaime Bonilla Valdez (que hizo más daños en dos años que en pasados sexenios).

Como tampoco el gobierno del Estado que encabeza Marina del Pilar Ávila Olmeda que tiene la dirección del Instituto de Movilidad Sustentable (IMOS) que encabeza Jorge Gutiérrez Topete, que eso y nada es lo mismo.

Porque no ejecutan acciones para impedir los incrementos sin autorización, no realizan supervisiones, ni sanciones, ni envían inspectores, es decir, no hacen nada, bueno, solo cobran por su puesto.

Para rematar ha señalado que los taxistas tienen rutas más largas porque por la pandemia ha habido rutas del transporte público que se suspendieron pero que cuando todo se regule, debería de regresar a la tarifa normal.

¿Qué es lo aberrante aquí?, en primero que el titular que debería de sancionar, se cruce de manos, segundo que se justifique su incapacidad de dar una solución.

Tercero que esté esperando por magia que se regule la situación del camión y que en automático, por buena fe y voluntad los taxistas regresen a la tarifa regular.

Se nota que es fanático de serie como La Rosa de Guadalupe, porque parece que solo está esperando que la flor blanca aparezca en su escritorio y todo se solucione.

Lo peor aquí no es la incompetencia del director, la falta de gobernabilidad, ni la anarquía de los taxistas, sino que siempre, el afectado, amolado, jodido y dañado es el usuario, la población, la ciudadanía que debe seguir usando un servicio que en parte es deficiente.

El tema de fondo aquí es de voluntades, o al menos eso quiero pensar y no de fines electoreros.

¿Usted qué opina?

Columna escrita por Yerson Martínez